22 marzo, 2006

El telepredicador

Ni que decir tiene que su poder es absoluto. Dice lo que le place, cuando le place. Miente, hiere y siempre dispara a matar. Su informativo es casi una enorme columna de opinión, en la que sus valoraciones son más importantes que la propia información. Hablador empedernido, monologuista sin par, juega al "no me jodas o te jodo" como un maestro. Alguien de quién aprender y de quién protegerse.

El secretario del departamento

Un chico joven en busca de méritos curriculares. Su mayor defecto, que es un pusilánime. Su mayor virtud, la misma, al menos para mi. Este chico ha mamado de mis pechos, pero no tiene lo que hay que tener para triunfar en la universidad a nivel político.